También conocidas como aguas servidas, aguas negras o
aguas cloacales, están son el resultado
del uso de agua en diferentes entornos como el uso doméstico, comercial e
industrial, mediante el cual el agua potable sufre alteraciones que la
vuelven nociva para el medio ambiente o las personas que entren en contacto con
ella.
Comúnmente se
hace la distinción de las aguas negras y aguas grises, denominando como aguas
grises a aquellas que provienen de actividades domésticas como lavabos o
duchas, las cuales no incluyen materia orgánica y son relativamente más
sencillos de ser tratadas. En el caso de las aguas negras estas provienen de
diferentes usos como servicios sanitarios o industrias y contienen materia
orgánica que debe ser eliminada. Estas conllevan un tratamiento más profundo
para lograr su higienización.
Debido al eminente riesgo contaminante que son las aguas residuales estas no
pueden ser liberadas en medios naturales y necesitan de un tratamiento
específico para ser higienizadas previo a su liberación. Este proceso de limpieza del agua se realiza en plantas de
tratamiento de aguas residuales, las cuales mediante tres procesos de
purificación se encargan de que el líquido pueda ser devuelto a la naturaleza
de forma segura.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales realizan
tres procesos esenciales para la purificación del agua: un proceso primario de
estancamiento y eliminación de residuos sólidos, tratamientos biológicos de
eliminación de microorganismos y tratamientos químicos que darán al agua el
nivel de pureza esperado. Cada uno de
ellos eliminará diferentes tipos de contaminantes hasta que finalmente
las aguas residuales se encuentran totalmente purificadas.
Una vez es realizado el proceso de higienización, se
verifican los grados de purificación del agua y el nivel de pH presente tanto
en el líquido purificado, como la fuente natural en la cual será liberada, esto
se realiza con el fin de que el agua que ha sido tratada cumpla con las mismas
condiciones del medio ambiente en el cual será liberada y con esto no se produzcan impactos significativos a
la flora y fauna existente.
Actualmente son muchos los países que cuentan con
regulaciones especiales para reducir el riesgo que son las aguas residuales para el medio ambiente, así como para
hacer un uso eficiente de este vital líquido, propiciando su reutilización sin
que represente peligros para el ser humano que entra en contacto con el agua
tratada, como para el medio ambiente.
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